Acceso abierto

[1]El acceso abierto como nuevo modelo de comunicación científica

Una de las definiciones más conocidas de acceso abierto es la de Peter Suber: “Open-access literature is digital, online, free of charge, and free of most copyright and licensing restrictions” (Suber, 2004). La literatura en acceso abierto (OA) es digital, en línea, gratuita y libre de restricciones debidas a los derechos de explotación y a las licencias de uso. Esto quiere decir que las dos condiciones para que los contenidos científicos se consideren de acceso abierto son que sean gratuitos y, además que estén libres de algunas restricciones de derechos de explotación. El acceso abierto al conocimiento representa un cambio radical de modelo en el funcionamiento de la comunicación científica.

Entre los nuevos modelos de comunicación científica que surgen con la irrupción de Internet y las TIC se encuentra el acceso abierto al que se ha considerado una “revolución”, un cambio de paradigma en el funcionamiento de la comunicación científica que no es ni gratis ni libre, ya que para su uso hay que pagar unas licencias, estando la mayor parte de sus contenidos bajo derechos de explotación de las editoriales.

Hace más de una década que surgió el movimiento de acceso abierto al conocimiento cuyos principios se perfilaron en la Budapest Open Access Initiative de 2002 (BOAI) y se reafirmaron en 2012 con motivo de la celebración de los diez años de vida de este movimiento[2]. Fue en la Declaración de Budapest donde se definieron cuáles iban a ser los elementos esenciales del acceso abierto: “Una vieja tradición y una nueva tecnología convergen para hacer posible un bien público sin precedentes. La vieja tradición es la voluntad de científicos y académicos de publicar los frutos de sus investigaciones en revistas científicas sin remuneración, solo por el bien de la investigación y la difusión del conocimiento. La nueva tecnología es Internet. El bien público que las dos hacen posible es la distribución digital a todo el mundo de la literatura científica revisada por expertos, así como el acceso totalmente libre y sin restricciones a ella para todos los científicos, académicos, profesores, estudiantes y otras personas interesadas”.

La “vieja tradición” se refiere a la comunicación científica y como se ha podido ver anteriormente en este capítulo tiene sus orígenes en la segunda mitad del s. XVII, siendo su función la de contribuir al avance social de la ciencia a la vez que preservar y dar a conocer la autoría de estos progresos científicos. Por otro lado, la “nueva tecnología” que es Internet, ha hecho posible grandes cambios en el acceso a la información, a la cultura, al ocio y al entretenimiento, ofreciéndonos la oportunidad de construir una representación global e interactiva del conocimiento humano, incluyendo el patrimonio cultural, y una perspectiva de acceso mundial.

El acceso abierto se convirtió en una realidad cuando un gran número de instituciones unieron sus fuerzas para promover la libre diseminación de la producción científica y empujaron a las administraciones públicas a crear repositorios digitales que pudieran ser consultados libremente (García‐Peñalvo et al., 2010).

Hace veinte años, la idea del acceso abierto correspondía sobre todo al concepto de la comunicación directa, sobre el modelo de la plataforma arXiv considerada como el primer archivo abierto. Inmediatamente aparecieron las primeras revistas en acceso abierto tales como Nucleic Acids Research, New ]ournal of Physics y Atmospheric Chemistry and Physics. Stevan Harnad definía estas dos formas como green road y gold road  (Stevan Harnad et al., 2008).

La vía verde se refiere al autoarchivo de las publicaciones en los repositorios mientras que la vía dorada corresponde a la publicación de artículos en revistas de acceso abierto (Baruch, 2007; Guédon, 2008b; Schöpfel & Prost, 2013).

En pocos años, la vía dorada se ha transformado en un nuevo mercado donde cohabitan iniciativas locales de nuevos modelos económicos y la oferta comercial de los editores, que hacen que los autores (o instituciones) tengan que pagar por la libre difusión de sus publicaciones. La vía verde se ha desarrollado también en varias direcciones. Armbruster y Romary (2010) distinguen cuatro tipos diferentes de repositorios: los temáticos, los nacionales, los institucionales, y otros sitios de carácter científico que no pertenece a ninguna de estas categorías.

En cuanto a las dos rutas del acceso abierto, Pinfield (2015) argumenta que la dualidad verde-dorada es una herramienta bien establecida del discurso del acceso abierto. Es la base de gran parte de la literatura sobre el acceso abierto y del debate de su política. Sin embargo, una característica clave del paisaje actual del acceso abierto es la continua incertidumbre y desacuerdo acerca de la relación entre las rutas verde y dorada. Suber (2012) argumentó que las dos son “complementarias y sinérgicas” tanto a corto como a largo plazo. Guédon (2008a) también argumentó un caso similar. En la práctica, muchas instituciones han trabajado para apoyar tanto la vía verde como la dorada, creando y gestionando repositorios al mismo tiempo que diseñaban procesos para facilitar el pago de los gastos por publicar (APC, Article Processing Charges). Sin embargo, está implícito en muchos de los actuales debates entre defensores del acceso abierto que las dos rutas son rivales. abierto. Esta tensión subyace en gran parte del discurso actual y parece que continuará durante largo tiempo.

Pinfield (2015) plantea que uno de los desafíos relacionados con el acceso abierto es el desarrollo de pruebas o evidencias que puedan fundamentar los debates actuales acerca de cómo será la comunicación científica en el futuro, es decir si el acceso abierto puede ser el modelo por excelencia para la comunicación científica. Mientras que las evidencias todavía necesitan ser reforzadas en muchos aspectos, el trabajo realizado hasta la fecha ya muestra la creciente importancia del acceso abierto en el entorno de la comunicación científica. Los estudios llevados a cabo sobre el crecimiento de los repositorios (número y contenido), utilizando diversas fuentes, que incluyen, por ejemplo, OpenDOAR, http://opendoar.org/, y BASE, https://www.base-search.net/, son indicativos de la importancia del acceso abierto (Björk, Laakso, Welling, & Paetau, 2014; Pinfield et al., 2014).

Schöpfel y Prost (2013) exponen en uno de sus trabajos que desde la Declaración de Berlín de 2003, que definió el acceso abierto como “una fuente universal del conocimiento humano y del patrimonio cultural que contaba con la aprobación de la comunidad científica”, hasta 2013 el número de repositorios ha sobrepasado los 2.000, se cuenta con más de 8.000 revistas en acceso abierto, y es imposible decir cuántos artículos, comunicaciones, tesis doctorales, etc. estarán en adelante accesibles libremente. Una parte de la comunicación científica se ha convertido en “bien público” con una difusión mucho mayor que antes (Willinsky, 2005). Los autores comentan que a pesar del éxito innegable de este movimiento en términos de cifras, sin embargo no se trata de un tema coherente, uniforme y coordinado, al contrario, la diversidad es la regla tanto en lo que respecta a los logros técnicos como a los modelos económicos (Schöpfel & Prost, 2013; Alma Swan & Awre, 2006).

Los datos sobre acceso abierto ofrecidos por Schöpfel y Prost (2013) se pueden ir actualizando periódicamente con los datos sobre acceso abierto publicados por Heather Morrison en el blog The Imaginary Journal of Poetic Economics (Morrison, n.d.), cuya última actualización a la que se ha tenido acceso es la de 30 de junio de 2016. En cuanto a datos de artículos y revistas OA, a pesar del crecimiento negativo de conjunto que emana de un proyecto de limpieza de gran mano dura, el número de artículos recuperables desde DOAJ creció un 16% en 2016 con relación al año 2015, situándose en 300.000 artículos de un total de 2,1 millones. El 9 de mayo de 2016, DOAJ retiró más de 3.000 revistas que no habían rellenado el nuevo formulario de solicitud. Desde esa fecha, DOAJ ha ido añadiendo títulos que cumplían con los requerimientos a razón de 4,5 títulos por día, ascendiendo el número de revistas a más de 9.000 (según datos de agosto 2016 del portal de DOAJ). Las cifras del Bielefeld Academic Search Engine (BASE), https://www.base-search.net/, demuestran el crecimiento global en la mayoría de los repositorios de acceso abierto, añadiendo más de 18 millones de documentos en relación al pasado año hasta alcanzar un total de 93 millones de documentos, y añadiendo más de 670 proveedores de contenido con un total de 4.000 proveedores de contenido. Tanto el crecimiento de documentos como el crecimiento de proveedores de contenido en BASE refleja un crecimiento superior al 24% en el año 2016. The Internet Archive,  https://archive.org/index.php,  alcanza en junio de 2016 más de 10 millones de textos. Lo más importante es que más de 10 millones de los textos puestos a disposición por Internet Archive y Open Library, https://openlibrary.org/, son totalmente accesibles y de dominio público.

En los últimos cinco años se han publicado otros estudios que tratan sobre la proporción de la literatura publicada que está en acceso abierto. (Björk et al., 2010) estiman que el 20% de los trabajos publicados en 2008 estaban en acceso abierto mientras que Gargouri et al. (2012) estiman el 22%. Un estudio realizado por Elsevier (2013) identifica niveles de captación global en varios modelos de acceso abierto: totalmente acceso abierto dorado, 5,5%; híbrido 0,5%; acceso abierto verde del manuscrito final aceptado 5%, etc. Pero señalaron que estas tasas de absorción no se pueden resumir de manera significativa a través de estos modelos debido a los diferentes métodos de medición y períodos, y también debido a la posible duplicación a través de diferentes modelos. También en 2013, otro estudio financiado por la Comisión Europea y llevado a cabo por Archambault et al. (2013) sugiere que el acceso abierto está alcanzando un punto de inflexión basado en la estimación de que 48% de la literatura publicada en 2008 estaba disponible en acceso abierto en 2012. El estudio recoge 22 áreas disciplinares y muestra una considerable variación en cada una de ellas, pero en algunas disciplinas la mayor parte de los artículos están ya en acceso abierto incluyendo ciencia y tecnología (64%), investigación biomédica (61%), biología (57%) y matemáticas y estadística (56%). Por otra parte, Chen (2014) ha realizado un estudio cuyos resultados indican unos niveles similares de acceso abierto en la literatura. Todo parece indicar que hay un crecimiento continuo en el acceso abierto desde una variedad de perspectivas hasta un punto en que se puede decir que el acceso abierto está entrando en la corriente principal de la comunicación científica.

 


[1] [Textos extraídos de:

Ferreras-Fernández, T. (2016). Visibilidad e impacto de la literatura gris científica en repositorios institucionales de acceso abierto. Estudio de caso bibliométrico del repositorio Gredos de la Universidad de Salamanca (Tesis Doctoral). Universidad de Salamanca, Salamanca.]

[2] “Diez años desde la Budapest Open Access Initiative: hacia lo abierto por defecto” http://www.soros.org/openaccess/boai-10-translations/spanish

Según Suber (2012) el acceso abierto beneficia a todos, por las mismas razones que la investigación en sí beneficia también a todo el mundo. El acceso abierto cumple esta función, haciendo que la investigación y los resultados de la misma estén disponibles y sean útiles. Beneficia a los investigadores como lectores, ayudándoles a buscar y recuperar la información que necesitan, y beneficia a los investigadores como autores, porque les permite llegar a los lectores que pueden citar y basar su trabajo en otros previos. El acceso abierto beneficia también a sectores que no se dedican específicamente a la investigación, acelerando los logros y beneficios derivados de la investigación.

Las declaraciones Open Access (OA) Budapest-Bethesda-Berlin (BBB) y la literatura asociada identificaron los principales beneficios de la publicación científica en acceso abierto. El principal beneficio es proporcionar la eliminación de barreras de acceso, ya que no hay costes asociados con suscripciones o el acceso en línea. No hay ninguna restricción de acceso en modo OA que conduzca a la reducción de los conocimientos. Muchos de los beneficios de la publicación en acceso abierto están relacionados con la naturaleza global de internet. Internet ofrece cada contenido online para un público general o para un público especializado, dependiendo de la naturaleza del contenido. Estos contenidos libres son consultados y apreciados por las comunidades globales. Por tanto, la publicación en acceso abierto brinda todo el potencial de la investigación difundida. Para un autor esto significa el aumento de visibilidad global, el aumento de la accesibilidad tanto en países desarrollados como en países en desarrollo, incrementa las posibilidades de ser citado e incrementa las métricas a nivel de artículo (métricas alternativas). Otros investigadores pueden encontrar colaboraciones de investigación relacionadas con sus publicaciones para posibles colaboraciones internacionales a nivel institucional o individual. Los contenidos abiertos también ofrecen una ventana para recibir opiniones constructivas y comentarios. Estas reflexiones críticas enriquecen la publicación de contenidos en acceso abierto. Tanto lectores como autores pueden ser parte activa en el avance del conocimiento ofrecido por la literatura científica abierta.

Houghton (2009) también hace referencia a que el acceso abierto introduce la investigación nacional en una red de trabajo interoperable de conocimiento global, incrementa el impacto de la investigación nacional, provee nuevos colaboradores de investigación, y elimina el aislamiento profesional. La sociedad en su conjunto se beneficia también de ello ya que  el acceso abierto facilita que la investigación sea más eficiente y más eficaz y que se puedan obtener resultados más rápidos y mejores para todos. El acceso abierto fortalece las economías mediante el desarrollo de una base nacional de ciencia fuerte e independiente. Existe una creciente evidencia de que los países también se benefician porque el acceso abierto aumenta el impacto de la investigación en la que invierten el dinero público y,  por tanto, hay un mejor retorno de la inversión.

Es notorio que el acceso abierto tiene repercusiones en cualquier campo de la economía, de la industria y de la tecnología, pero es claramente en el campo de la educación y de la producción científica donde este movimiento genera una evolución que afecta a muchos modelos colaterales de negocio. El acceso abierto se ha perfilado como un cambio radical en la diseminación de los resultados científicos y de transferencia en el sector de producción hacia la innovación (García-Peñalvo et al., 2010a).

El acceso abierto, en la actualidad, está ampliamente apoyado por los gobiernos y los organismos de financiación que muestran actitudes cada vez más favorables a la apertura de datos y al acceso abierto a los contenidos. No cabe la menor duda de que el acceso abierto es una forma de amortizar la inversión en investigación de un país, al poner a disposición de los usuarios, la documentación derivada de la misma, además de ayudar a la inclusión digital de los ciudadanos al ofrecer los contenidos a texto completo a los investigadores, los docentes, los estudiantes, las instituciones y a toda la ciudadanía (Ferreras-Fernández, 2011).

Significativo es que al igual que en el anterior 7º Programa Marco, en el programa marco europeo de trabajo para la investigación, Horizon 2020, se trate el tema de Open Access y Open Data, haciendo hincapié en que la investigación y la innovación son vitales para el futuro de las personas, y por ello es importante ofrecer libremente al público las actividades de investigación y de innovación financiadas por Horizon 2020[3].

Y es que como bien apunta Abadal (2012), las ventajas de este nuevo modelo son muchas y se podrían agrupar en tres grandes apartados:

  1. Los resultados de investigación y de las publicaciones científicas puestos a disposición en acceso abierto supone una notable mejora en el funcionamiento de la comunicación científica. Aumenta el uso e impacto de los contenidos, se mejora la calidad de la investigación y pueden reducirse notablemente los costes a través de este modelo de publicación.
  2. El acceso abierto también genera beneficios directos sobre la sociedad ya que facilita una transferencia directa de conocimiento a la sociedad, rompe las barreras entre países ricos y pobres, y permite visibilizar la inversión pública en investigación.
  3. El acceso abierto posibilita la reutilización de la información y de los datos. Los contenidos se ponen a disposición no solo para la consulta sino también para que puedan reutilizarse creando productos y servicios derivados. Para que esta reutilización sea posible es necesario que se hayan liberado las barreras legales y, por otra parte, que se cumplan determinadas especificaciones técnicas para facilitar la interoperabilidad entre productos y sistemas.

En relación a los beneficios de aumento de citación, según Niyazov y otros (2016) muchos investigadores, comenzando por Lawrence (2001), han encontrado que los artículos en libre acceso tienden a tener más citaciones que los artículos de pago. Esta ventaja de citación se ha observado en una serie de estudios, que abarca una variedad de campos académicos incluyendo la informática (Lawrence, 2001), la física (Harnad & Brody, 2004), y la biología y la química (Eysenbach, 2006).

En contraste, otra interesante línea que actualmente está recibiendo la atención de los científicos es el trabajo que se lleva a cabo para analizar el impacto económico del acceso abierto, en particular el trabajo de John Houghton y colaboradores. El trabajo de Houghton sobre acceso abierto está orientado hacia la aplicación de técnicas de un modelo económico de forma que la inversión realizada en I+D revierta en la economía del país del que se trate, en este caso Australia (Houghton & Sheehan, 2006, 2009).

El impacto es un importante tópico unido al discurso sobre acceso abierto. Tradicionalmente fue concebido para las tasas de citación de revistas. Sin embargo, las nuevas formas de definir y medir el impacto están adquiriendo importancia en particular las llamadas métricas alternativas o “altmetrics”, que se centran en una serie de medidas a nivel de artículo (Sud & Thelwall, 2014; Thelwall, Haustein, Larivière, & Sugimoto, 2013; Zahedi, Costas, & Wouters, 2014). Curiosamente las grandes revistas como PLOS ONE han hecho de las métricas alternativas una parte integral de sus evaluaciones de calidad (PLOS ONE, n.d.).

Las métricas tales como el uso pueden interesar fuera de la comunidad científica, donde el público puede leer y utilizar un artículo, pero no citarlo. El efecto del acceso abierto más allá de la academia, se ha establecido como el eje fundamental de apoyo para muchos mandatos de acceso abierto como se expresa en RCUK Policy on Open Access and Supporting Guidance (RCUK, 2013).

Los autores controlan el volumen y el crecimiento del acceso abierto. Ellos deciden si envían sus trabajos a revistas de acceso abierto (vía dorada), o si depositan sus trabajos en repositorios de acceso abierto (vía verde), y cómo hacer uso de sus derechos de explotación. Pero según Peter Suber (2015) los investigadores todavía no están familiarizados con las opciones del acceso abierto. No tiene sentido apelar a ellos en bloque, ya que no actúan en bloque. No es difícil persuadirlos o atraerlos una vez que se capta su atención, pero son tan anárquicos y están tan saturados de trabajo y de preocupaciones que es difícil captar su atención sobre este tema. Afortunadamente, los organismos de financiación y las universidades están descubriendo sus propios intereses en el fomento del acceso abierto. Estas instituciones sin ánimo de lucro tienen entre sus objetivos promover la investigación y hacer que esta sea lo más útil y más amplia posible. Los investigadores son libres de hacer su trabajo, sin la necesidad de vincular sus ingresos a la popularidad de sus ideas. Por encima de todo, estas instituciones están en una posición única para influir en las decisiones que tomen los autores. Hoy, más de medio centenar de organismos de financiación y más de cien universidades han adoptado políticas fuertes y sólidas de acceso abierto. Cada una depende de la prioridad de las decisiones de los autores (Suber, 2015).

El acceso abierto es un medio para amortizar la inversión en investigación, poniendo a disposición de la comunidad científica la documentación derivada de la misma. Las políticas a favor de acceso abierto que se están desarrollando por parte de los gobiernos, instituciones y organismos de financiación nacionales y europeos contribuyen a que se multiplique el impacto de la investigación producida en los diferentes organismos científicos (Ferreras-Fernández, 2011).

Lo que hoy día conocemos por acceso abierto, despegó en 2001 con una carta que algunos prestigiosos investigadores dirigieron a sus colegas pidiéndoles que se negaran a publicar en revistas en las que no les concedieran el derecho a usar libremente sus artículos, al menos, en el plazo de 6 meses después de su publicación. El movimiento se consolidó y se conoce actualmente como Public Library of Science, http://www.plos.org/about/what-is-plos/earlyhistory/.

Existen políticas y declaraciones de apoyo a los procesos de implementación de los beneficios del acceso abierto para que las agencias de financiación, universidades, gobiernos y bibliotecas se sumen a las mismas. Las más destacadas son las siguientes:

  • Budapest Open Access Initiative (2002).
  • Bethesda Statement on Open Access Publishing (2003).
  • Berlin Declaration (2003).
  • Declaración de REBIUN en apoyo del acceso abierto (2004).
  • Declaración de Barcelona (European University Association, 2008).
  • Declaración de la Alhambra sobre acceso abierto (2010).
  • Ghent Declaration (2011).
  • IFLA Statement on open access – clarifying IFLA’s position and strategy (2011). IFLA Statement on Open Access (2003).
  •  SPARC Europe Statement on Open Access for EC Public Hearing on Access to and Preservation of Scientific Information (2011).
  • LERU Roadmap towards OA (2011).

A través de las mismas y mediante el establecimiento de políticas y mandatos institucionales a favor del acceso abierto se contribuye a reconocer los méritos de los investigadores que más producen, favoreciendo la excelencia, la competencia y la productividad en las entidades de I+D+i.

El principal beneficio de las políticas de acceso abierto es hacer la investigación más efectiva y sus resultados más visibles al eliminar las barreras legales, comerciales y tecnológicas de acceso a la información científica. Además, el acceso abierto previene la duplicación de esfuerzos, fomenta la transferencia tecnológica y de conocimiento y promueve la innovación y la colaboración entre diferentes grupos de trabajo.

Sin embargo, gran parte de la controversia en torno al acceso abierto se ha desarrollado como respuesta al desarrollo del acceso abierto en sí mismo, pero sobre todo la causa fundamental que ha provocado dicha controversia ha sido la introducción de políticas que promueven o exigen a los investigadores poner sus resultados de investigación en acceso abierto. En los últimos cinco años, ha habido un aumento de los llamados mandatos que claramente están contribuyendo al crecimiento y auge del acceso abierto (Anne Kennan, 2011; É. Archambault, Caruso, & Nicol, 2014; Gargouri, Lariviere, et al., 2012; Kennan & Wilson, 2006; Pinfield, 2015; Xia et al., 2012).

Vaughn (2013) proporciona un interesante relato del proceso de acuerdos llevado a cabo en EE.UU. para desarrollar y poner en marcha mandatos, proceso que ilustra la complejidad y controversia asociada con el mismo. Según Pinfield (2015) probablemente esta continua siendo la situación en 2016 donde los organismos de financiación de Estados Unidos se ven obligados a desarrollar nuevos enfoques del acceso abierto como respuesta a la Federal Office of Science and Technology Policy. Tales desarrollos son muy importantes, por la gran proporción de resultados de investigación mundial que estos organismos financian. Los National Institutes of Health de Estados Unidos fueron los pioneros en el desarrollo de políticas de acceso abierto junto con organismos como Max Planck en Alemania y Wellcome Trust en Reino Unido. En los últimos años, muchos organismos financiadores de todo el mundo han introducido nuevos mandatos o han reforzado los ya existentes con el fin de asegurar su cumplimiento como es el caso de la Wellcome Trust (2012). En 2012 Reino Unido puso en marcha nuevas y más robustas políticas, que incluían a los Research Councils (2013), el Higher Education Funding Councils (2014), y las principales organizaciones médicas benéficas, a través del Charities Open Access Fund (Wellcome Trust, 2014).

Por otra parte, la Comisión Europea lleva impulsando políticas y medidas relacionadas con el acceso abierto desde 2006. En el 2007 se presentó a la Comisión Europea una petición para que se garantizase el acceso gratuito a los resultados de investigación financiados con fondos públicos, firmada por más de 28.000 instituciones y personas. La estrategia de la Comisión es desarrollar e implementar el acceso abierto en los resultados de investigación de los proyectos financiados por los programas marco de la Unión Europea, llamados FP7 y Horizon 2020. Los requisitos del acceso abierto están basados sobre un soporte equilibrado entre el acceso abierto verde -acceso abierto inmediato o retrasado provisto por autoarchivo- y el acceso abierto dorado -acceso abierto inmediato provisto por el editor- (OpenAire, n.d.). Entre los documentos clave en el ámbito de las políticas se incluye una Comunicación de la Comisión[4] y las Conclusiones del Consejo[5] en 2007. La Comisión financia desde 2010 el proyecto OpenAIRE,  (Infraestructura de Acceso Abierto para la Investigación en Europa, https://www.openaire.eu/) que apoya la implantación del acceso abierto en Europa suministrando una infraestructura y una red de puntos de soporte nacionales. En este momento OpenAIRE trabaja en la identificación de las miles de publicaciones asociadas a proyectos financiados por la UE, garantizando el acceso abierto a un amplio porcentaje de las mismas y la publicación en abierto de las restantes, una vez finalizado el periodo de embargo. Una segunda fase del proyecto se ocupa de asegurar el acceso a los datos primarios de investigación asociados a las publicaciones científicas. Existen ventajas significativas de tipo económico, social y educativo al hacer disponibles los resultados de investigación sin barreras financieras, legales y técnicas para su acceso.

Picarra, Angelaki, Dogan, Guy, y Artusio (2015) han escrito sobre la conveniencia de que la política de acceso abierto de Horizon 2020 (OpenAire, n.d.) pueda ser adoptada como una política modelo en el Área de Investigación Europea (ERA), http://ec.europa.eu/research/era/optimal-circulation_en.htm, de los países para el desarrollo y aumento de alineación de las políticas de acceso. Estos autores han examinado el panorama de las políticas de acceso abierto de cinco países -Grecia, Italia, Países Bajos, Turquía y Reino Unido- con el fin de evaluar y estudiar el grado de alineación o divergencia de esas políticas con la política de Horizon 2020 (Picarra et al., 2015). El artículo concluye considerando algunos de los impactos que puede traer la alineación de las políticas del acceso abierto y así como los mecanismos que pueden contribuir a mejorar la armonización de políticas.

En el caso de España, la Ley 14/2011, de 1 de junio, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación,  recoge en su artículo 37 los principales aspectos a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo la difusión en abierto de los resultados de la investigación financiada con fondos públicos y aceptados para su publicación en publicaciones de investigación seriadas o periódicas. Las dudas surgidas en los diferentes ámbitos de aplicación motivaron la realización de un ejercicio de reflexión que permitiera ordenar cuáles son los pasos que los diferentes agentes involucrados deberían abordar para un correcto cumplimiento de la normativa legal y facilitar así la adecuada aplicación del artículo sobre “Difusión en acceso abierto”, estas reflexiones quedaron plasmadas en las Recomendaciones para la implementación del artículo 37 Difusión en Acceso Abierto de la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación publicadas en por Fecyt  (2014).

Un estudio de Borrego (2015) mide el grado de cumplimiento con el mandato de acceso abierto del Gobierno español dos años y medio después de su implementación. Un total de 58,4% de artículos que son resultado de la financiación con fondos públicos tienen al menos una copia disponible en acceso abierto. Entre estos, el 23,8% eran acceso abierto oro, 21,8% acceso abierto verde y 12,8% acceso abierto gris, es decir depositados en sitios web o redes sociales. La mayoría de los artículos de acceso abierto verde estaban en arXiv y en PubMed Central. Solo un 14,4% de los artículos financiados con fondos públicos estaban disponibles en repositorios institucionales, aunque más del 90% de esos artículos se debieran a proyectos llevados a cabo en instituciones que tienen un repositorio. Según el autor, existe un gran potencial para el crecimiento del acceso abierto verde, ya que más de dos tercios de los artículos que no estaban disponibles en acceso abierto fueron publicados en revistas cuyos editores permiten depositar un pre-print o copia postprint.

En cuanto al panorama español para el desarrollo de nuevas políticas de acceso abierto o simplemente la puesta en marcha de forma efectiva y eficaz de la ya existente Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, no es muy alentador debido a la falta de auditorías o seguimiento del cumplimiento de dichas políticas por parte de los organismos financiadores con fondos públicos. Algo similar sucede, aunque en menor medida, con el mandato sobre las tesis doctorales presentadas en las universidades españolas y regulado en el Real Decreto 99/2011 por el que se regulan las enseñanzas oficiales de doctorado en España (Ministerio de Educación, 2011) y que en el artículo 14 indica que “una vez aprobada la tesis doctoral, la universidad se ocupará de su archivo en formato electrónico abierto en un repositorio institucional y remitirá, en formato electrónico, un ejemplar de la misma así como toda la información complementaria que fuera necesaria al Ministerio de Educación a los efectos oportunos”, estableciendo así un mandato de acceso abierto para las tesis doctorales.

Ha habido también controversia sobre la eficacia de los mandatos en relación con el aumento de incorporaciones al acceso abierto, pero el peso de la evidencia demuestra que las políticas sólidas de los organismos de financiación acompañadas por la monitorización y las sanciones dan como resultado mayores niveles de incorporaciones (Gargouri et al., 2010; Pinfield et al., 2014). También hay evidencia de la eficacia de los mandatos institucionales que también han crecido en número en los últimos cinco años (Gargouri et al., 2010; Harnad, 2009, 2011; A. Swan, Gargouri, Hunt, & Harnad, 2015). La polémica sobre el acceso abierto en estos años se ha centrado generalmente sobre las diferentes iniciativas sobre políticas y sobre los informes relacionados a menudo redactados para informar del desarrollo de la política. Quizá el más polémico de ellos fue el Informe Finch (Finch et al., 2013), informe que fue muy importante no solo por sus recomendaciones sino también por el debate internacional que generó (Andersson & Svensson, 2013; Y. Baruch, Ghobadian, & Ozbilgin, 2013; Harnad, 2013).

Según Gherab Martín (2015) el Informe Finch, publicado en junio de 2012, recomendaba priorizar la vía dorada frente a la verde y apoyarla económicamente a través de los planes nacionales de I+D del Reino Unido, empezando por el REF 2014-20206. Para ello, proponía comenzar a aplicar las recomendaciones en abril de 2013 y destinar un presupuesto para apoyar económicamente a los investigadores que publicaran en revistas doradas. El gobierno británico dio su respaldo al informe un mes después y también promulgó el uso obligatorio de la licencia Creative Commons Attribution o de reconocimiento de la autoría (CC-BY). El uso de esta licencia no solo permite el acceso abierto (gratuito), sino también la libre reutilización de los artículos, citando siempre la fuente. Los RCUK (Research Councils of UK) también apoyaron las recomendaciones del Informe Finch.

Algunos autores relevantes que han defendido tradicionalmente la vía verde han criticado el Informe Finch (Harnad, 2012b) ya que consideran la vía verde como la ruta más segura y rápida hacia el acceso abierto universal a la literatura científica. Stevan Harnad, máximo exponente e iniciador de la vía verde (Harnad, 2001), señala que el apoyo a la vía dorada es una victoria del lobby de las editoriales comerciales (Harnad, 2012b) porque, además de los ingresos por la vía tradicional de las suscripciones, pueden obtener unos ingresos adicionales (vía autor-paga) que no se dan con la vía verde. Harnad apuesta claramente por la vía verde y aboga por no financiar a las revistas doradas y obligar a los autores a depositar su artículos en repositorios. Otros autores de referencia, como por ejemplo Suber (2012a) o Houghton y Swan, (2013), abogan por impulsar ambas vías en paralelo.

Otro aspecto del debate sobre políticas sobre el que ha ido aumentando el interés ha sido el de licencias y permisos. En particular el debate se centra en temas sobre el grado de apertura. La distinción de Suber (2012b) entre acceso abierto “gratis” y “libre” es utilizada a menudo para enmarcar la discusión. Acceso abierto gratis quiere decir libre para leer pero acceso abierto libre significa libre para leer y reutilizar. El concepto reutilizar fue incluido en la definición de acceso abierto de la Budapest Open Access Initiative (BOAI, 2002) la cual incluía una larga lista de de posibilidades de reutilización (“permitir a cualquier usuario leer, descargar, copiar, distribuir, imprimir, buscar”). La distinción de Suber (2012b) entre acceso abierto gratis y acceso abierto libre no son dos categorías diferentes sino dos grados de apertura. La guía de SPARC “How open is it?” incluye cuatro niveles de apertura, cada uno de los cuales corresponde con las diferentes licencias Creative Commons (SPARC, PLOS, & OASPA, 2012). La mayor parte del debate sobre los grados de apertura están centrados en las licencias Creative Commons (Carroll, 2013; Gulley, 2013; Hrynaszkiewicz, Busch, & Cockerill, 2013) con muchos financiadores de investigación que requieren licencias, tales como CC- BY que permitan la reutilización, incluida la explotación comercial. Algunos investigadores han manifestado sus reservas sobre que su trabajo se utilice de esta forma, a pesar de que los financiadores normalmente desean reducir la resistencia a la transferencia de conocimientos entre los resultados académicos y el uso comercial. Harnad (2012) sostiene que centrarse en la reutilización (acceso abierto libre), haciendo hincapié en la financiación del acceso abierto dorado, ha retrasado que el acceso abierto se convierta en la corriente principal de publicación. El autor sostiene que el acceso abierto gratis verde debe ser la prioridad actual, ya que puede alcanzarse plenamente con el mínimo esfuerzo.

Puede haber diferencias significativas a la hora de implementar el acceso abierto en los diferentes países. La literatura sobre acceso abierto incluye un gran número de estudios específicos por países, incluyendo los de (W. H. Cheng, Ren, & Rousseau, 2012; Zhao & Wu, 2014) e India (Mukherjee, 2014; Sahu & Goswami, 2015; Sawant, 2011) que aportan estudios de investigación sobre actitudes y visiones de conjunto sobre implementación de servicios. Estos países han hecho una gran aportación a la investigación científica y a la comunicación en general a través de la literatura sobre acceso abierto. Los estudios generales sobre la adopción global del acceso abierto también indican una creciente adopción del acceso abierto fuera de los países occidentales (Pinfield et al., 2014; Xia, 2012).

En este “mundo” del acceso abierto, el autor sigue siendo el propietario de su obra y de sus derechos. El acceso abierto permite el libre acceso y, por tanto, gratuito a su información sin ninguna restricción. Desde la perspectiva económica, naturalmente supone un ahorro, pero además evita desequilibrios en el acceso a la información entre países ricos y pobres.

Aunque compatible con el sistema clásico de difusión de la ciencia, lo que el acceso abierto mejora es la visibilidad e impacto de los resultados de investigación y, por ende, de la transferencia de conocimiento.

El decálogo de la Biblioteca de la Universidad de Salamanca (2011) que en 10 puntos sintetiza el valor del acceso abierto sintetiza el valor del acceso abierto:

  1. El acceso abierto es la difusión de forma pública de los resultados de la Investigación, a través de los repositorios en los que se depositan los documentos para su consulta libre.
  2. El acceso abierto se asienta en iniciativas internacionales, a través de las cuales se acuerdan sus directrices básicas, las especificaciones técnicas y la descripción de contenidos.
  3. El acceso abierto es compatible con los tradicionales sistemas de difusión de los resultados de investigación, promocionando documentos a menudo ya publicados.
  4. El acceso abierto es un medio para amortizar la inversión en investigación, porque pone a disposición de la comunidad científica la documentación derivada de la misma.
  5. El acceso abierto está siendo desarrollado por los organismos públicos, tomando como base que la investigación realizada con financiación pública debe tener una difusión pública.
  6. El acceso abierto contribuye al crecimiento de la visibilidad de los documentos, al difundirse de forma pública y compartirse los datos de un repositorio con buscadores y recolectores.
  7. El acceso abierto facilita la creación de redes científicas y grupos de investigación, ya que posibilita el conocimiento mutuo de autores que trabajan en los mismos ámbitos.
  8. El acceso abierto incrementa las posibilidades de acceder a recursos de investigación sin aumentar el presupuesto disponible en una universidad o centro investigador.
  9. El acceso abierto protege los derechos de los autores sobre sus obras, que se difunden libremente bajo la condición obligatoria de reconocimiento y las limitaciones que decidan.
  10. El acceso abierto está siendo apoyado por políticas y normativas legales, que encuentran en este medio de difusión el mejor sistema para la transferencia de la investigación.

La Universidad de Salamanca es una institución de derecho público que tiene entre sus fines la ampliación del conocimiento por medio de la investigación, así como la transmisión del saber. El compromiso de la Universidad de Salamanca con la sociedad debe representarse también en la difusión de la producción documental de sus investigadores y docentes, en gran medida procedente de presupuestos públicos. La misión de la Universidad de Salamanca se cumpliría de manera insuficiente si el conocimiento generado en el seno de la institución no es puesto a disposición de la sociedad de una forma altruista, eficaz y transparente.

Por otra parte, el desarrollo tecnológico facilita la comunicación del conocimiento científico, permitiendo ampliar los canales de difusión y reduciendo significativamente los costes de la transmisión de la investigación.

Los nuevos paradigmas de la comunicación científica, en los cuales Internet se ha perfilado como un poderoso instrumento de diseminación del conocimiento, deben ser aprovechados para ofrecer contenidos académicos y de investigación de forma abierta, de modo que la producción científica generada en la Universidad de Salamanca esté al alcance de la sociedad.

En este contexto, la Universidad de Salamanca se adhiere y firma la declaración de Berlín sobre Acceso abierto al Conocimiento en Ciencias y Humanidades.

[Acuerdo del Consejo de Gobierno de 27 de febrero de 2009]

  • SHERPA/ RoMEO: Publisher copyright policies & self-archiving
  • ROAR: Registry of Open Access Repositories
  • OpenDOAR: The Directory of Open Access Repositories
  • OpenAIRE

Elige las opciones que te interesen

Teléfono:
+34 923 29 44 00
Ext. 1251/1252/1253
Dirección:
Edificio del Rectorado
Planta -1 (sótano)

Entidades colaboradoras